Aurelia Medina
Mi postura ante el diseño es conjugar al máximo la utilidad con la estética, así como sintetizar y evitar a toda costa los elementos superfluos y ciertas arbitrariedades que en ocasiones lo perturban. Me interesa mucho controlar las proporciones que son la base de la armonía.
Para conseguir mis propósitos tengo una aliada insuperable: la geometría. La geometría es nítida y exacta, es una constante en todas las culturas, también en la naturaleza y a mi me sirve de anclaje y de punto de partida para la organización de mi trabajo.
El camino hasta llegar a este punto de mi trayectoria profesional empieza con la formación recibida en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Córdoba donde estudié decoración. Allí tuve la serte de contar con buenos profesores.
Mi vida personal también ha incidido en la profesional. He compartido los mejores años de mi vida con un artista (José Duarte) miembro fundador del Equipo 57 cuya proyección internacional es suficientemente conocida. Eso quiere decir que mi entorno ha sido el del arte y el diseño a todas las horas del día.
Mi primer trabajo fue diseñar estampados para tejidos, todavía en Córdoba.
Ya en Madrid hice varias exposiciones de muebles pintados de un carácter muy diferente a lo que ahora me ocupa. Tenían reminiscencias de los muebles populares de Andalucía y de otros países del norte de Europa.
Después trabajé en moda, primero en una revista y luego durante más de diez años con el diseñador Pedro del Hierro.
Cuando decidí dedicarme definitivamente al diseño lo hice con una colección de bolsos que compro Karl Lagerfeld para su desfile de Primavera-verano 2002.
Desde entonces los complementos de moda, los objetos de decoración y los muebles han convivido con naturalidad en mi mesa de trabajo.
Creo que la función del diseño es facilitar la vida, tanto en las grandes como en las pequeñas ocasiones y que hay que racionalizar su proceso de elaboración, de almacenaje, de envío y por supuesto de uso.
Cuando empiezo a pensar en algún diseño en cualquier especialidad de las que me ocupan, lo primero son los materiales, me gusta saber si dañan o no al medio ambiente y si podrán ser reciclados cuando cumplan su cometido. También, cómo aprovechar al máximo sus cualidades y a ser posible organizar las formas y su colocación para no desperdiciar ni un milímetro de material por modesto que este sea.
El siguiente paso es el proceso de elaboración; me importa mucho facilitar todos los aspectos de esta fase del trabajo, porque finalmente va a incidir en una serie de condiciones, como por ejemplo el precio, que considero importante para que pueda cumplir una función social de vital importancia, es decir: facilitar el diseño a personas de clases sociales menos privilegiadas. Pero eso si, manteniendo el atractivo estético y la función intactos.
En mi opinión el mal diseño debería estar tipificado como delito.